«¿Ha llamado a los bomberos?» Se sorprendió al verme con aquel uniforme gigante, pero comenzó a incendiarse por dentro. Apagaría su fuego, pero esta vez iba a ser especial.
¡Empieza el espectáculo! Tom Jones comenzó a cantar Sex bomb y el ritmo se apoderó de mi cuerpo.
¡Fuera la chaqueta! ¡Fuera el casco! Me contoneé. Harry se deleitaba con mi baile espontáneo. ¡No dejaba de mirarme!
Mi ritmo aumentaba mientras el deseo se apoderaba de ambos. You’re my sex bomb.
¡Fuera el cinturón! ¡Fuera los pantalones! ¡Me creí una auténtica stripper!
Me tocó, me besó, me mimó. «¡Eres una pequeña bomba sexual!» Me sentó sobre él, en el jacuzzi. El agua caliente rozaba mis senos abultados. Sí, era una bomba sexual.
No podía aguantar más, estaba deseando apagar su fuego y el mío. ¡Quería sexo! Me sentía como un bosque completamente incendiado y necesitaba agua para apagar mis llamas, que ardían sin remedio.
Pero Harry quiso que nos lo tomáramos de forma relajada. Sabía por qué.
Durante nueve meses, habría algo muy importante que cuidar entre nosotros. Mejor dicho, habría algo muy importante entre nosotros, para el resto de nuestra vida…