Cita 19 “Por La Puerta De Atrás”
«Tu mujer me encanta», dijo Louis. Ambos se sentaron en la cama. «Ella es tu postre», le dijo Harry.
Mi estómago se contrajo, lo deseaba tanto… Me arrodillé frente a su cara mientras Louis me agarró por los muslos y disfrutó de mí a su antojo. Sentir su boca me hizo enloquecer.
No podía ver a Harry, pero le sentía detrás, mirándome extasiado con la visión de su (Tuapodo) regocijándose por el placer que me provocaba otro hombre. Al momento, tiró de mí y me colocó a cuatro patas sobre su amigo.
Sentí la humedad de un juguete por detrás, mientras Harry usaba la puerta principal. Un líquido templado y resbaladizo facilitaba la entrada.
Temía el dolor pero la excitación que sentía era tan poderosa que no me negué a su llamada. Mi puerta de atrás comenzó a abrirse para ellos. Harry jugaba con su sexo en la puerta principal y Louis con un juguete, por la otra, hacía círculos en mi interior.
Creí que iba a explotar sintiéndolos a ambos jugando conmigo. Los dos estaban allí exclusivamente para darme placer y eso me hacía sentirme importante, única. Dos hombres irrepetibles me provocaban y desataban en mí la lujuria, con sus manos, con sus bocas, con el calor de sus cuerpos desnudos. No podía pedir más.
«Tu mujer me encanta», dijo Louis. Ambos se sentaron en la cama. «Ella es tu postre», le dijo Harry.
Mi estómago se contrajo, lo deseaba tanto… Me arrodillé frente a su cara mientras Louis me agarró por los muslos y disfrutó de mí a su antojo. Sentir su boca me hizo enloquecer.
No podía ver a Harry, pero le sentía detrás, mirándome extasiado con la visión de su (Tuapodo) regocijándose por el placer que me provocaba otro hombre. Al momento, tiró de mí y me colocó a cuatro patas sobre su amigo.
Sentí la humedad de un juguete por detrás, mientras Harry usaba la puerta principal. Un líquido templado y resbaladizo facilitaba la entrada.
Temía el dolor pero la excitación que sentía era tan poderosa que no me negué a su llamada. Mi puerta de atrás comenzó a abrirse para ellos. Harry jugaba con su sexo en la puerta principal y Louis con un juguete, por la otra, hacía círculos en mi interior.
Creí que iba a explotar sintiéndolos a ambos jugando conmigo. Los dos estaban allí exclusivamente para darme placer y eso me hacía sentirme importante, única. Dos hombres irrepetibles me provocaban y desataban en mí la lujuria, con sus manos, con sus bocas, con el calor de sus cuerpos desnudos. No podía pedir más.