Cita 17 “Juego De Tres”
«Tu boca y tus besos son sólo míos», dijo como condición. Me sentí suya. Sentada entre los dos, escuchaba los jadeos de otros jugadores. Podía haberme quedado mirando y habría disfrutado del juego gustosa, pero me esperaba otro más emocionante. Mi corazón latía trepidante.
«¿Excitada?» Louis me acariciaba la pierna. La puerta se abrió y entraron tres jugadores más, dos mujeres y un hombre.
«Abre las piernas, nena», me ordenó. Lo hice y Louis comenzó a tocarme. Metió un dedo, dos…
Dejé escapar un gemido. Harry me besaba con la pasión de quien desea poseer, pero era otro quien lo estaba haciendo con sus poderosas manos.
«¿Qué más quieres?», insistió Harry. Me daba vergüenza responder, pero... «Si no dices lo que quieres, no haremos nada.»
«Quiero que me hagáis lo que queráis», les dije. Me levantó y me dio la vuelta. Desabrochó la cremallera de mi vestido dejándome totalmente desnuda ante Louis. Comencé a respirar agitada. Harry siguió dando órdenes. Él mandaba y yo obedecía.
Detrás de mí, me empujó dulcemente para que cayera sobre él. Mientras, metió sus dedos en mi interior. Me volvía loca ser sabrosamente degustada por los dos a la vez.
Harry se colocó tras el sillón y me pidió que me subiera. De nuevo, le obedecí. Después le ofrecí a Louis la parte más sabrosa de mi cuerpo y él la degustó con un apetito voraz.
«Tu boca y tus besos son sólo míos», dijo como condición. Me sentí suya. Sentada entre los dos, escuchaba los jadeos de otros jugadores. Podía haberme quedado mirando y habría disfrutado del juego gustosa, pero me esperaba otro más emocionante. Mi corazón latía trepidante.
«¿Excitada?» Louis me acariciaba la pierna. La puerta se abrió y entraron tres jugadores más, dos mujeres y un hombre.
«Abre las piernas, nena», me ordenó. Lo hice y Louis comenzó a tocarme. Metió un dedo, dos…
Dejé escapar un gemido. Harry me besaba con la pasión de quien desea poseer, pero era otro quien lo estaba haciendo con sus poderosas manos.
«¿Qué más quieres?», insistió Harry. Me daba vergüenza responder, pero... «Si no dices lo que quieres, no haremos nada.»
«Quiero que me hagáis lo que queráis», les dije. Me levantó y me dio la vuelta. Desabrochó la cremallera de mi vestido dejándome totalmente desnuda ante Louis. Comencé a respirar agitada. Harry siguió dando órdenes. Él mandaba y yo obedecía.
Detrás de mí, me empujó dulcemente para que cayera sobre él. Mientras, metió sus dedos en mi interior. Me volvía loca ser sabrosamente degustada por los dos a la vez.
Harry se colocó tras el sillón y me pidió que me subiera. De nuevo, le obedecí. Después le ofrecí a Louis la parte más sabrosa de mi cuerpo y él la degustó con un apetito voraz.