Cita 29 “Alumna Aventajada”
El fuego de la chimenea me daba un calor adicional. Aunque mi calor era de otro tipo.
Me senté sobre él y sentí su dureza. Harry ardía para mí, dispuesto a satisfacer mis deseos.
«Voy a saborearte», me dijo. Mi imaginación volaba. Las imágenes se agolpaban en mi mente mientras me deshacía sintiendo su lengua y sus labios, en mis abultados labios.
Imaginé a otro hombre dándome placer junto a Harry. Me sentí perversa, depravada, pero no me importaba. Era él quien me había enseñado a pensar así y yo había aprendido bien la lección.
«Quiero jugar contigo a todo lo que quieras», le susurré. Me tumbé sobre él y empujé para que entrase en mí. Sabía que estaba a punto de explotar. Apreté mis piernas, cerré mi interior. Él también quería más y yo lo sabía.
Durante unos momentos me dejó hacer, hasta que la fiera comenzó a despertar. «No te muevas», le pedí. Y él accedió a mi deseo.
Comencé a moverme y a bailar dirigiendo cada paso de nuestro baile. El vaivén de placer provocó sus gemidos y yo aumenté el ritmo hasta llevarle al máximo nivel. Harry se sacudía y retorcía debajo de mí. Su cuerpo se contrajo y el mío con él hasta enloquecernos el uno al otro.
El fuego de la chimenea me daba un calor adicional. Aunque mi calor era de otro tipo.
Me senté sobre él y sentí su dureza. Harry ardía para mí, dispuesto a satisfacer mis deseos.
«Voy a saborearte», me dijo. Mi imaginación volaba. Las imágenes se agolpaban en mi mente mientras me deshacía sintiendo su lengua y sus labios, en mis abultados labios.
Imaginé a otro hombre dándome placer junto a Harry. Me sentí perversa, depravada, pero no me importaba. Era él quien me había enseñado a pensar así y yo había aprendido bien la lección.
«Quiero jugar contigo a todo lo que quieras», le susurré. Me tumbé sobre él y empujé para que entrase en mí. Sabía que estaba a punto de explotar. Apreté mis piernas, cerré mi interior. Él también quería más y yo lo sabía.
Durante unos momentos me dejó hacer, hasta que la fiera comenzó a despertar. «No te muevas», le pedí. Y él accedió a mi deseo.
Comencé a moverme y a bailar dirigiendo cada paso de nuestro baile. El vaivén de placer provocó sus gemidos y yo aumenté el ritmo hasta llevarle al máximo nivel. Harry se sacudía y retorcía debajo de mí. Su cuerpo se contrajo y el mío con él hasta enloquecernos el uno al otro.